miércoles, agosto 12, 2015

Ven, dulce muerte











Probablemente la semana próxima vea la luz mi primera novela. Por fin me he decidido a publicarla después de muchas dudas y algún que otro intento de llevarla a concursos que no estaban para mi, entre otras cosas, porque los autores que se presentaban eran gente profesional, consagrada a este oficio y, la verdad, muy buenos.

Se titula Ven, dulce muerte y, no sé, no sabría decir de lo que trata. Desde luego no es una novela de genero, ni histórica que parece ser lo que se lleva ahora. Seguramente, como ya me han dicho algunos expertos que han leído el borrador, tiene un escaso interés comercial.

Yo he querido contar la depresión, el dolor del alma, ese dolor silencioso, tal vez el peor, «No hay dolor como el que se calla», decía Flavio Josefo. He querido narrar el lado mas oscuro de la vida y el dulce cobijo que ofrece la muerte cuando vivir duele tanto que se hace insoportable...

También quise hablar del amor, de un amor poliédrico con sus caras y, sobre todo, sus aristas:
El amor casto de la adolescencia, el amor apasionado de la juventud, el amor conyugal, el amour fou, la infidelidad, el amor puramente sexual, el amor no correspondido, el adulterio, el desamor, el amor esclavo, el amor silente, el amor a primera vista, el amor platónico... Amores imposibles algunos, otros estériles, pero todos difíciles.

Desde el punto de vista creativo, para mi escribir la novela ha sido un experimento donde he puesto en práctica algunas ideas que tengo sobre las técnicas y recursos literarios.

En esto si que he arriesgado, porque he utilizado recursos que no son muy usuales. Algunos creo que no se han usado nunca en ninguna obra, entre otras cosas, porque están absolutamente desaconsejados.

Por ejemplo, el narrador. La primera parte de la novela se titula Psoriasis y toda ella está narrada en segunda persona, lo cual es muy infrecuente. Solo Italo Calvino y, últimamente, Paul Auster en su magistral Diario de invierno, se han atrevido a hacerlo; pero lo hacen utilizando el tiempo presente, porque buscan que el lector se identifique, se crea protagonista. Yo, insensato que soy, utilizo el pasado (grave error) según todos los expertos. En realidad todos los maestros aconsejan que no se utilice nunca el narrador en segunda persona si no es imprescindible, y, desde luego, jamás en tiempo pretérito.

Pero es que no podía hacerlo de otra forma, porque quería que una voz interior hablase al protagonista en tono de reproche, un protagonista que se va hundiendo en una fatal espiral que le llevará a un profundo pozo de difícil salida.

¿Cómo puedo escribir en presente algo que ya pasó? No tendría sentido
En fin, que he corrido un riesgo que augura un rotundo fracaso, sobre todo, cuando se trata de una primera novela de un escritor novel como yo; aunque, tengo que reconocer, que abrigo la esperanza de que algún lector me entienda y le guste un poco el experimento.

También he utilizado otros recursos que no quiero detallar para no hacer demasiado largo este texto.
De todas formas, ya os iré contando esta aventura y lo que ocurre con la novela cuando ya esté en las librerías.















 

5 Comments:

Blogger anamaria666 said...

Acaba de llegarme tu libro Ven, dulce muerte, ya te contare...
un saludo

8:30 p. m.  
Blogger anamaria666 said...

Ya lo he leido, ¿quieres que comentemos?

11:05 p. m.  
Blogger Olimpia Portugal said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

1:28 p. m.  
Blogger milkas said...

Ante todo pedir disculpas por no contestarte antes, pero he estado sin internet y ya casi no entro en el blogg.
Por supuesto que me gustaría mucho conocer tu opinión sobre el libro. Si todavía estas dispuesto a dármela.

1:33 p. m.  
Blogger literatonovato said...

Lo leí de un tirón y me encantó, tarde solo dos días en hacerlo, algo raro para mi que mastico los libros.
Enhorabuena

10:26 p. m.  

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