miércoles, agosto 12, 2015

La leyenda del santo bebedor


 

 
Bellísima película que se ciñe fielmente al magistral relato de Joseph Roth que, con el mismo titulo, escribió en París en los años treinta, poco antes de su muerte en la misma ciudad en 1939.
Sin entrar en el análisis técnico del film, que no sabría hacer, la historia discurre entre dos orillas, la aventura fantástica de un honorable "clochard" que intenta cumplir con su palabra a pesar de las innumerables absentas, mujeres y viejos amigos que se cruzan en su camino impidiéndole llegar a su destino...Y París, un París desolado, intemporal pero increíblemente bello, ese París querido que llevamos en el corazón todos los que amamos a Europa.
Pero, ante todo, la película y el cuento, es una apología del alcohol, un alcohol que ofrece a los hombres una suprema y única lucidez, que hace a los hombres generosamente disponibles, ajenos y por encima de cualquier interés que no sea el acto sagrado de beber...Personalmente creo que es absolutamente cierto lo que dice Carlos Barral en el magistral prólogo del libro "de como el vino transforma el mundo, cambia sus leyes, todas, incluso la virtud de los santos, para hacerlo habitable y agradable a los que creen en él".
Sin el vino la vida no sería igual, sería quizás mas formal, mas ordenada, mas productiva, pero mucho mas triste y deshabitada. No deseo que se me note demasiado mi odio a los abstemios y mi incapacidad para penetrar en su amistad; pero, en fin, que Dios les perdone...